Cuando he prestado atención, han cambiado de noticia. Pero
parece ser que conviene algún tipo de reglamento para definir las acciones del
Rey. ¿Será que hay que legislar el sentido común?
Cuando a alguien le da por distraerse matando elefantes,
torturando toros, ensañándose con perros callejeros o, en definitiva, jodiendo
a las criaturas que habitan el planeta, uno se pregunta si eso del sentido común
es una gilipollez, una idea platónica anclada en un lugar anacrónico e imaginario.
Al fin y al cabo, los legisladores han llenado toneladas de papel intentando
traducir a los lenguajes humanos el ideal de justicia... y seguimos jodiendo,
decía, al prójimo, sea persona u otro animal.
No quiero un rey, ni un amigo, ni un vecino que sonría de gozo cuando
derriba a un elefante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario